En una nueva medida de endurecimiento de la política migratoria, el Gobierno del presidente Donald Trump anunció el despliegue de mil 115 soldados adicionales en la frontera con México, elevando a aproximadamente 10 mil el número total de efectivos militares destinados a esa zona.
El Comando Norte de Estados Unidos informó que las tropas, pertenecientes al Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y los Marines, se integrarán a la Fuerza de Tarea Conjunta Frontera Sur, en funciones de apoyo logístico, médico, de ingeniería y construcción de infraestructura.
Del nuevo contingente, 250 soldados coordinarán logística; 140 serán responsables de alimentación de campo; 270 estarán dedicados a tareas de ingeniería y construcción; 75 brindarán atención médica, y cinco aviadores de la Fuerza Aérea apoyarán en labores de sostenimiento desde la Base Aérea Tyndall.
Actualmente, existen alrededor de ocho mil 600 tropas federales desplegadas en la región fronteriza. A ello se suma la reciente declaración de dos Áreas de Defensa Nacional en tramos de la frontera entre Nuevo México y Texas, consideradas extensiones de bases militares. Según el secretario de Defensa, Pete Hegseth, cualquier persona que intente cruzar ilegalmente por estas zonas será detenida por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Departamento de Defensa.
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La semana pasada, el Departamento de Seguridad Nacional solicitó, además, la movilización de 20 mil efectivos de la Guardia Nacional para apoyar operativos de deportación masiva, reforzando aún más el enfoque militarizado del Gobierno frente a la migración.
Este despliegue se da en el marco de una creciente presión desde la Casa Blanca por controlar el flujo migratorio hacia Estados Unidos, una de las banderas clave del segundo mandato del presidente Trump.
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