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Corresponsabilidad en la crianza desde el primer día

Corresponsabilidad en la crianza desde el primer día


Por Mary Eugenia Gutiérrez

El nacimiento de Violeta, hija del Presidente de la República Gabriel Boric y su pareja Paula Carrasco, constituye un acontecimiento íntimo que, al mismo tiempo, habilita una reflexión social más amplia sobre la urgencia de instalar una paternidad activa desde el inicio de la vida. En un país donde los cuidados siguen siendo asumidos de manera desigual, esta instancia permite visibilizar un modelo distinto, en que los hombres asumen un rol protagónico no solo en el plano afectivo, sino también en las tareas concretas de crianza y acompañamiento.

La lactancia materna, tantas veces entendida como una responsabilidad exclusiva de las mujeres, ofrece un ejemplo elocuente. Si bien son ellas quienes amamantan, la posibilidad de establecer y sostener una lactancia eficaz y oportuna depende en gran medida del entorno en que esta ocurre. La participación activa de las parejas, su capacidad de brindar apoyo emocional, logístico y relacional, impacta directamente en el bienestar de la madre, favorece la producción de leche y permite extender el periodo de lactancia en condiciones saludables.

La corresponsabilidad no puede entenderse como ayuda ni como gesto voluntarista. Involucrarse implica asumir con convicción el cuidado cotidiano desde el primer día, habilitar espacios de contención, hacerse cargo de la carga doméstica, sostener la defensa de los derechos de quienes amamantan y garantizar entornos que no interrumpan, limiten ni deleguen el ejercicio de la lactancia.

Transformar las condiciones actuales exige cuestionar los roles de género tradicionalmente asignados, que aún ubican a los hombres como espectadores o colaboradores eventuales en los procesos de crianza. La figura del mandatario, al asumir públicamente una paternidad activa, ofrece una posibilidad concreta de ampliar el marco de lo esperable, de habilitar nuevas formas de ejercer el cuidado y de proyectar cambios necesarios a nivel institucional, cultural y legislativo.

Una sociedad verdaderamente equitativa requiere que la maternidad no se enfrente en soledad, que la lactancia no dependa exclusivamente del esfuerzo individual y que el cuidado deje de entenderse como una tarea femenina. Necesitamos entornos corresponsables, redes de apoyo permanentes, políticas públicas que aseguren condiciones materiales para amamantar, y un compromiso transversal que reconozca el valor de los primeros vínculos como una responsabilidad común.

La corresponsabilidad en la crianza no comienza cuando termina el posnatal. Comienza con la primera noche sin dormir, con el primer pañal compartido, con el cuidado silencioso durante una toma nocturna. Inicia, también, cuando un padre entiende que la lactancia no le es ajena. Solo así es posible avanzar hacia un modelo de cuidado más justo, más humano y más real.

Por Mary Eugenia Gutiérrez

Directora ejecutiva Fundación La Comunidad de la Leche

Fuente fotografía


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