En el kilómetro 16 del camino que une la ciudad de Linares con Colbún en la Región del Maule, se ubica el Gran Hotel Quinamávida. Este clásico resort es ya un lugar vacacional tradicional de la región que hace tiempo deseábamos visitar.
Como el significado de su nombre en mapudungun lo señala, “cinco cerros”, se ubica en pleno campo de Colbún rodeado por lomas cubiertas de tupidos bosques. Lo primero que podemos apreciar al ingresar al complejo es el bosque centenario de eucaliptus que cubren el acceso principal. Una vez en la propiedad destacan las enormes fuentes de agua y esculturas de estilo greco romano que adornan los cuidados y extensos jardines, que en primavera develan su colorido particularmente en sus rosales y crespones.
Un salón de recepción adornado por un piano y la exhibición de antigüedades y piezas de porcelana nos sumergen en un ambiente de elegancia e historia que dan la bienvenida para realizar el check in. El trámite se realiza rápido sin necesidad de que se baje nadie más del vehículo, pudiendo los otros pasajeros esperar justo frente a la puerta de acceso. Nos entregan las pulseras que acreditan una estadía con todas las comidas incluidas y pasamos rápidamente al estacionamiento ubicado muy cerca de las habitaciones.
El resort se organiza en pabellones, construcciones de un piso con habitaciones con baño privado, jacuzzi, amplio walking closet con puerta y caja de seguridad, de modo que la ropa y las maletas no molestan el orden de los dormitorios. Con una cama de dos plazas y una de una plaza y media, el personal del establecimiento no tiene ningún inconveniente en sumar otra de una plaza y media para la comodidad de los visitantes y familias. Después de acomodarnos decidimos ir a saborear algo tras el viaje de 3 horas y 40 minutos desde Santiago hasta la puerta del centro turístico.
Como aún no es hora de almuerzo preguntamos qué alternativa nos pueden presentar para probar algo a las 12 del día. Notable sorpresa nos llevamos al enterarnos que en el Salón Maule se serviría justo a esa hora una discada de mariscos. Sin dudarlo nos dirigimos al salón ubicado a pocos pazos del comedor, donde encontramos en un primer espacio juegos inflables y otras entretenciones infantiles y familiares como tenis de mesa, taca-taca, minigolf y un tablero de ajedrez a tamaño humano. Junto a ello el notable salón donde ya se ubicaban los discos sobre sus soportes a las brasas, repletos de una buena variedad de almejas, choritos, cholgas y maltones condimentados con cebollas, zanahorias y otros aliños que añaden sabor y color a la preparación.
En ese lugar tuvimos oportunidad de conocer al Chef Mario Cortínez, quien lleva 20 años deleitando los paladares de quienes visitan este tradicional hotel de la Región del Maule y que nos confirma algo que ya habíamos percibido: “Nuestras preparaciones se basan en la cocina tradicional chilena, comida casera, cocina de mamá. Es lo que más le gusta a la gente. También tenemos cocina internacional, principalmente italiana, francesa y española. A la gente le gustan mucho las pastas y aquí las preparamos frescas cada día. La lasaña, espaguetis, así como las masas de toda la variedad de panes que ofrecemos los hacemos aquí mismo, igualmente las tortas y pasteles”.
Como nos cuenta el Chef Cortínez, el foco no está puesto en recetas y productos rebuscados. La gente quiere saborear algo rico, variado y en abundancia y eso es precisamente lo que ofrece su cocina. Sin nada que envidiar en sabor a un restaurant gourmet, además de variedad de carnes, ensaladas y pastas, podemos descubrir exquisitas sorpresas como riñones al jerez, paella, goulash, el mencionado disco de mariscos y disco de carnes que es además un espectáculo culinario, plateada de cocción lenta y diversos platillos.
Como se aproximaba la hora de almuerzo, decidimos degustar solo algunos mariscos. La verdad es que estaban muy bien cocidos y condimentados, impregnados del sabor característico de las costas chilenas. Después de ello dimos un paseo por las dependencias del complejo, ubicando las piscinas temperadas e informándonos acerca de los panoramas y entretenciones del día. Una vez con la información registrada, decidimos ir a almorzar.
El imponente salón comedor con capacidad para más de 600 personas cuenta con dos zonas de buffet. De este modo los comensales no deben desplazarse tan lejos en búsqueda de las especialidades que encontramos a disposición. Una mesa específica es asignada a cada pareja, familia o grupo durante toda la estadía, por lo que no hay que estar buscando lugar. El suyo está reservado y será atendido con toda cordialidad en cada almuerzo por la misma garzona o garzón.
El almuerzo buffet ofrece en su primera góndola una variada gama de ensaladas frescas de la zona. Aquí notamos la preocupación por la buena mesa y la diferenciación de otros recintos que apuestan por la cantidad en desmedro de la calidad. Las ensaladas no se remiten únicamente a lechuga y tomate, pudiendo encontrar betarragas, habas, palmitos, apio, choclo desgranado, brócoli y variedad de vegetales frescos acompañados en algunos casos de cilantro, pimentones y otros complementos que le suman color y sabor a los. Se nota que nos encontramos en una región agrícola donde la mayoría de los productos son locales.
Como plato de fondo se ofrecen carnes de vacuno, cerdo, pollo y pescado, además de lasaña, pastas y verduras salteadas acompañadas de papas fritas, papas cocidas, arroz, puré y ricota. La plateada de cocción lenta se desase fácilmente al contacto con el tenedor y acompañada con puré bañado en su caldo es un placer al paladar. Todas las carnes bien cocidas y jugosas son el disfrute de chicos y grandes.
Pero no solo carnes podemos degustar, incluso para los vegetarianos encontramos buena variedad de alternativas sin carne. En el Gran Hotel Quinamávida nadie pasa hambre. Además de las ensaladas, los vegetarianos pueden probar las verduras salteadas, ricota, papas en diversas preparaciones y hongos.
Como es costumbre en los servicios abiertos, vemos como la mayoría de las personas se repiten los platos, probando distintas combinaciones en cada ocasión hasta quedar satisfechos. A pesar de tratarse de un buffet, el autoservicio es opcional, ya que las garzonas están siempre atentas para brindar a la mesa tanto las alternativas gastronómicas como bebestibles, pudiendo optar por agua, jugos naturales, bebidas gaseosas, cerveza de barril, vino tinto y blanco de diversas cepas. De este modo, quien no quiere ir a las góndolas a buscar los alimentos y prefiere ser servido directo a la mesa, será muy bien atendido por el personal.
Para finalizar se puede optar por una diversa variedad de postres, desde frutas y macedonia hasta tortas y pasteles, pasando por leche asada, suspiro limeño, tiramisú, jaleas y otras dulces exquisiteces. A confesión del Chef, tienen estudiado que los pasajeros en promedio comen 7 postres en cada almuerzo.
Y para acompañar el postre, tres máquinas automáticas de café de grano Lavassa recién molido y nescafé están dispuestas para que los comensales escojan la variedad que más les guste, desde el clásico expreso al macchiato o capuccino según la preferencia. Por supuesto también se ofrece una variedad de té y aguas de yerbas, así como leche y chocolate caliente.
Muchos huéspedes pasan del almuerzo directamente al bar que se ubica aledaño al comedor. Ahí pueden beber un bajativo, así como el licor o destilado que deseen. Cabe destacar que el resort ofrece bar abierto ilimitado, por lo que quienes gustan del alcohol tienen chipe libre, siempre con responsabilidad. Este servicio comienza a las 12 del día y se extiende hasta que termina la fiesta nocturna pasadas las 12 de la noche.
Después del almuerzo y una vez satisfechos, el Gran Hotel Quinamávida ofrece diversas alternativas para entretenerse y disfrutar. Nosotros escogimos ir a descansar un momento a la habitación mientras los niños se animaron de participar en entretenciones como la búsqueda del tesoro, donde recorren buena parte de las dependencias del complejo siguiendo las pistas que los llevarán a la siguiente etapa. Todo guiado por los jóvenes animadores de entretención, quienes procuran que los pequeños pasen un muy buen momento. Otra actividad que les encantó fue el canopy en el bosque encantado. Con todas las medidas de seguridad necesarias, niños y niñas disfrutan de una experiencia llena de adrenalina.
Sin tratarse de un all inclusive por definición, la verdad es que los huéspedes pueden comer y beber prácticamente todo el día. Tal como describe el Chef Cortínez “Nosotros dentro del día tenemos un horario amplio de alimentación. Empezando a las ocho y media con nuestro desayuno buffet hasta las diez de la mañana. Después a las doce y media tenemos un snack, donde podemos ofrecer pizza, sándwich y tablas calientes de carnes. Los fines de semana tenemos discada de mariscos y carnes. Después, el almuerzo que comienza a las 13 horas con una amplia carta para nuestros huéspedes. Tenemos carnes, pescados, pastas y diversos platos que vamos variando. Plateadas, papas salteadas, papas a la crema, a veces tenemos guatitas, pastel de choclo en pocillo de greda y verduras salteadas. Una infinidad de recetas que a la gente le apetece mucho. Después del almuerzo tenemos otro snack a media tarde, justo a las 5:30. Allí ofrecemos sándwiches con papas fritas, lomito, churrasco, hamburguesa, a veces chorrillana, a veces fajitas. Además preparaciones dulces. Luego tenemos la cena desde las 7:30 pm, donde ofrecemos preparaciones distintas a los del almuerzo porque la idea es ir variando para que los comensales prueben distintas preparaciones y no repitan los platos. En la cena ofrecemos pescados como salmón, atún, corvina, chupe de mariscos y mariscos gratinado. También ofrecemos vacuno y guisos en las tardes, como bourguignon, goulash y milanesa. Los fines de semana tenemos snack nocturno, ya que el hotel ofrece fiestas bailables con música en vivo y karaoke, entonces ofrecemos sándwich o algo para acompañar junto al bar abierto con destilados de primer nivel. A las 23 horas ofrecemos un consomé que los huéspedes que gustan del baile y la fiesta siempre agradecen. Recién después de eso terminamos de funcionar con los servicios de alimentación. O sea, aquí no se pasa hambre”.
Ya finalizando la cena, los garzones y personal del establecimiento pasan mesa por mesa ofreciendo cartones de bingo a sólo 2 mil pesos. La mayoría de los asistentes compran algunos y una vez finalizada la cena comienza el juego y el sorteo de premios, que como supimos, es organizado y administrado por los trabajadores y trabajadoras para su propio beneficio, lo que da cuenta de un sentido de responsabilidad y buena práctica de los propietarios.
El desayuno buffet se nutre de buena variedad de frutas, pasteles, medialunas, tortas, kuchen, cereales y diversos panes blancos e integrales, así como también pan de chocolate. Junto a ello variedad de quesos y jamones y los infaltables huevos revueltos a escoger con tocino, choricillo y salchichas, entre otras opciones. Con una amplia oferta de café de grano e instantáneo, té, aguas de yerba, leche, chocolate caliente, jugos naturales y yogurt, hasta el más regodeón encuentra qué saborear, sea de gustos dulces o salados.
Por otra parte, el destacado atractivo del resort son sus piscinas de aguas temperadas. A una temperatura de entre 30° y 36° las aguas relajan y reconfortan ampliamente a los usuarios. Con notable cantidad de reposeras, plantas y tremendos ventanales, los espacios de las piscinas cubiertas son ideales para descansar y apreciar la naturaleza. Con acceso directo desde la piscina temperada principal se encuentra el sauna de vapor, al cual no pueden ingresar niños, quedando reservado para el disfrute de los adultos. Junto a él, buena cantidad de camarines y baños que se mantienen siempre limpios. Además, un bello Spa ofrece distintos servicios de masajes relajantes, descontracturantes, masaje facial, reflexología, drenaje corporal y baño relajante. Todo pensado en hacer pasar un grato y distendido momento, así como aliviar dolores musculares y tensiones a los visitantes.
En la temporada de verano, la oferta del centro turístico se amplía con la apertura de las enormes piscinas al aire libre rodeadas de bosques y naturaleza. En diciembre, enero y febrero los servicios de snack se trasladan a la zona de las piscinas para que los bañistas no se tengan que alejar mucho y ni siquiera vestirse para probar las exquisitas preparaciones que se ofrecen y seguir disfrutando de las piscinas. Además se pueden realizar caminatas al bosque que se ubica dentro del complejo y deleitarse con las hermosas vistas del campo y cordillera de la región. Junto a ello, el recinto cuenta con chanchas de tenis, voleibol, futbolito, juegos infantiles y amplia zona de picnic, todo dispuesto para los visitantes. El resort ofrece promociones para ir por el día con las comidas y acceso a las piscinas incluido y por supuesto para alojar en la semana y fines de semana durante todo el año. Además cuenta con salones para eventos y seminarios y reservas para grupos y comitivas. En lo que queda del año 2025, el complejo tendrá eventos especiales, como el 18 chico desde el 9 al 12 de octubre, Halloween entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre, Navidad entre el 24 y 28 de diciembre y por supuesto la infaltable celebración de Año Nuevo entre el 31 de diciembre y el 3 de enero.
En definitiva, Gran Hotel Resort Quinamávida cuenta con todo lo necesario para vivir una experiencia gastronómica y relajante para parejas, familias, grupos de amigos y de trabajo. Desde infantes hasta adultos mayores, el complejo turístico ofrece alternativas y servicios para todos los gustos.
Evaluación: Excelente.
Le invitamos a ingresar a su sitio web www.quinamavida.cl para conocer toda la información, precios y promociones, así como realizar reservas.