La Universidad de Chile ha recibido un nuevo revés por parte de la Conmebol, tras el rechazo a la apelación presentada por el club en relación a las sanciones impuestas debido a los incidentes ocurridos durante la serie de octavos de final de la Copa Sudamericana contra Independiente. Esta decisión implica que el equipo deberá enfrentar un total de siete partidos a puerta cerrada en su estadio, así como otros siete encuentros como visitante sin la presencia de sus aficionados, además de una considerable multa económica.
La situación financiera de Azul Azul, la sociedad anónima que administra al club, se ve aún más afectada, ya que la Unidad Disciplinaria de la Conmebol también ha llevado a cabo una investigación sobre posibles incumplimientos durante los cuartos de final del torneo, donde se enfrentaron a Alianza Lima.
En este contexto, la revisión realizada por la Conmebol detectó infracciones durante el partido de ida, lo que resultó en una multa de 20.000 dólares para el club y una sanción de 50.000 dólares contra el entrenador Gustavo Álvarez, por violar el artículo 5.1.11.6 numeral 1) del Manual de Clubes, que se refiere a la demora en el inicio del encuentro en Perú.
Además, se impuso otra multa al equipo de 12.000 dólares por no cumplir con los artículos 5.1.5 y 5.1.5.1 del mismo manual, que estipulan el cumplimiento del protocolo de inicio del partido.
La Universidad de Chile tiene la opción de apelar esta sanción, que en total representa una pérdida de 30 millones de pesos chilenos de los ingresos que el club recibe por derechos de televisión. Asimismo, la Conmebol ha advertido sobre la posibilidad de imponer sanciones más severas en caso de que se produzcan reincidencias en el futuro.
