Por Carlos Gutiérrez P.
Después de las reuniones de los encargados de comercio de China y Estados Unidos la semana pasada en la ciudad de Kuala Lumpur, que se dedicaron a preparar las conversaciones en materia de comercio para la cumbre de ambos presidentes, y que habían llegado a acuerdos en los puntos centrales de las controversias económicas que había desatado el gobierno de Donald Trump desde principios de año, finalmente llegaron a la mesa de negociaciones entre ambos líderes en Corea de Sur.
Si bien, como dicta el protocolo, las dos partes hicieron declaraciones resaltando el éxito de la reunión, especialmente el presidente Trump en su típico estilo grandilocuente, al parecer no se logró avanzar más de los aspectos puntuales que ya se venían conversando. Y estos también bastante morigerados si nos atenemos a los plazos que se acordaron para su implementación y las metas propuestas.
La intención de Trump de acorralar a China en las relaciones con Rusia y el conflicto en Ucrania, fueron infructuosas. No hay acuerdo sobre la amenaza por la compra de petróleo ruso, ni presión china sobre Rusia para negociaciones en el formato otanista. China siempre ha tenido una posición independiente, ha propuesto fórmulas para la paz, pero tiene claro el origen del conflicto y el papel militarista de Occidente.
También resultaron llamativas ciertas señales políticas, como por ejemplo que no haya habido una conferencia de prensa conjunta entre ambos presidentes al final de la reunión, y que el presidente Trump no se quedara para la cumbre de la APEC, ya que se retiró de Corea del Sur una vez finalizada la reunión con los chinos.
Finalmente, los acuerdos fueron:
- Estados Unidos cancelará los aranceles adicionales del 10%, conocidos como aranceles por fentanilo, impuestos a los productos chinos (incluidos los procedentes de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao). Los aranceles recíprocos adicionales del 24% sobre los productos chinos (incluidos los procedentes de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao) seguirán suspendidos durante un año. China ajustará sus contramedidas frente a los aranceles estadounidenses mencionados. Ambas partes acuerdan prorrogar ciertas medidas de exclusión arancelaria.
- Estados Unidos suspenderá durante un año la aplicación de la regla de penetración del 50% para los controles de exportación, anunciada el 29 de septiembre. La parte china suspenderá durante un año la aplicación de las medidas de control de exportaciones pertinentes anunciadas el 9 de octubre y estudiará y perfeccionará planes específicos.
- Estados Unidos suspenderá durante un año la aplicación de las medidas de investigación de la Sección 301 contra los sectores marítimo, logístico y de construcción naval de China. Tras la suspensión de dichas medidas por parte de Estados Unidos, China también suspenderá durante un año la aplicación de sus contramedidas contra Estados Unidos.
- Además, ambas partes alcanzaron un consenso sobre temas como la cooperación en la lucha contra el fentanilo, la ampliación del comercio de productos agrícolas y la gestión de casos individuales que involucran a empresas relevantes. Asimismo, ambas partes confirmaron los resultados de las consultas económicas y comerciales de Madrid. Estados Unidos asumió compromisos positivos en áreas como la inversión, y China se compromete a resolver adecuadamente con Estados Unidos las cuestiones relacionadas con TikTok.
Pero no pasaron ni siquiera muchas horas para volver a declaraciones y acciones que siguen marcando una ruta de colisión, especialmente por parte del propio presidente Trump.
En una entrevista al medio CBS manifestó que se está revisando la estrategia de Estados Unidos hacia China y, que reanudará las pruebas nucleares para mantener la preparación combativa y la paridad con Rusia y China. Siguió enfatizando que los aranceles y la presión económica son las principales herramientas de su política exterior.
También recalcó que el mundo se encamina hacia un nuevo equilibrio de fuerzas, donde la paridad nuclear, el control de las tecnologías y la influencia comercial juegan un papel clave.
En el campo militar se han profundizado las relaciones con los aliados asiáticos colocando al centro la disuasión y la contención hacia China. El secretario Pete Hegseth declaró, el 1 de noviembre, que “tenemos que contrarrestar las acciones cada vez más desestabilizadoras de China”. Con Japón se realizaron maniobras con despliegue de armas misilísticas de última generación; con Filipinas crearon un grupo de trabajo conjunto para disuadir en el Mar de China Meridional, desplegando tropas y misiles antibuques en el norte de Filipinas, con el objetivo de bloquear en Canal de Bashi negando el acceso al océano Pacífico a la armada china.
Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en el Indo-Pacífico, pese a su diálogo con China, y que los bloques militares que ha estado construyendo son un análogo a la OTAN en la región. Y en su clásico discurso amenazante entrecubierto, el presidente Trump ha dicho que China sabe muy bien cuál sería la respuesta estadounidense en caso de una invasión a Taiwán.
Por el lado chino también se mantiene el camino de protección de recursos esenciales de doble uso y el desacople progresivo de la estructura financiera occidental. Endureció las reglas para la exportación de tungsteno, antimonio y plata. El tungsteno se usa en aplicaciones militares para armaduras compuestas, municiones de explosión volumétrica y proyectiles. China produce aproximadamente el 80 % del tungsteno mundial.
El Banco Popular de China anunció la conexión completa de su sistema de pagos transfronterizos en Renminbi digital con 10 países de la ASEAN y seis países de Oriente Medio. Producto de esta decisión, alrededor del 3 % del comercio mundial ahora puede realizarse directamente en yuan digital, evitando el sistema SWIFT, dominado por el dólar estadounidense.
La revista The Economist llamó a esta decisión “La primera batalla por Bretton Woods 2.0”, la restructuración de la infraestructura económica global mediante la tecnología blockchain, la que permite reducir el tiempo de liquidación a siete segundos. En el marco de un proyecto conjunto entre China e Indonesia, el primer pago transfronterizo en yuan digital se realizó en ocho segundos, 100 veces más rápido que los métodos tradicionales.
Actualmente, el 87 % de los países han implementado el sistema del yuan digital, y el volumen de pagos internacionales con su uso superó 1,2 billones de dólares. El yuan digital es una herramienta estratégica de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
En su estrategia de fortalecer sus relaciones con zonas estratégicas, en el foro APEC, el líder chino anunció que estaba dispuesto a conceder una exención arancelaria del 100 % en todas las partidas arancelarias a los países africanos que hayan establecido relaciones diplomáticas con China. Es la diplomacia de la cooperación y del caminar juntos para un desarrollo justo y equilibrado.
Atendiendo a la importancia y el papel de vanguardia que tiene China en el campo de las tecnologías, el presidente Xi Jinping, en el marco de la APEC, propuso establecer una organización mundial de cooperación en Inteligencia Artificial, con el objetivo de coordinar estrategias, normas y estándares internacionales, para ponerla al servicio del bienestar global, avanzar de manera segura y justa, y contribuir al desarrollo sostenible de todos los países.
A pesar de que el viceministro de Comercio chino, Li Chenggang, declaró que China no desea «turbulencias ni giros inesperados», es improbable que los miembros del gabinete de Trump modifiquen su postura actual. Cualquier sanción adicional contra China podría quebrar la frágil confianza y casi con seguridad provocaría represalias de igual magnitud.
Xi Jinping se dedicó a destacar la fortaleza del desarrollo económico de China. En los primeros tres trimestres de este año, la tasa de crecimiento alcanzó el 5,2%, y las importaciones y exportaciones mundiales aumentaron un 4%. Este logro se alcanzó a pesar de las dificultades internas y externas. La economía china ha demostrado una considerable magnitud, resiliencia y potencial.
Este discurso suena menos a una explicación y más a una señal para Estados Unidos; China no busca la confrontación, sino que se centra en su propio desarrollo. El mensaje subyacente es claro: no se espera que la economía china flaquee. Al mismo tiempo, también intenta proyectar una imagen de estabilidad, apertura y previsibilidad, un mensaje dirigido a los inversores globales que buscan garantías sobre la trayectoria económica de China.
El propio líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, culpó a Trump de iniciar una guerra arancelaria creando un caos gigantesco para las empresas, los consumidores y los agricultores estadounidenses, y que ahora levantaba un discurso triunfalista después de las negociaciones con China, sobre el mismo desastre que él provocó. Afirma que Trump se ha rendido ante China.
Finalmente, los acuerdos entre China y Estados Unidos fueron una pausa necesaria, pero no asegura un cambio estratégico en las rutas que cada uno tiene fijada sobre la base de la disputa global por el carácter del sistema internacional.
Competencia amenazante y agresiva por parte de Estados Unidos; cooperación, intereses mutuos y desarrollo justo por parte de China.
Por Carlos Gutiérrez P.
Carta Geopolítica 69 – 04/11/2025
Las expresiones emitidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.
Sigue leyendo:
