Claudio Bravo se encuentra en el centro de una controversia tras las declaraciones de Julio Rodríguez, un reconocido preparador de arqueros de las divisiones menores de Colo Colo y formador del excapitán de la selección chilena. Rodríguez ha denunciado un quiebre en su relación con Bravo, acusándolo de lucrar con un proyecto que ambos habían organizado en conjunto. Esta situación se agrava en un contexto donde Bravo ha sido objeto de críticas por parte de Rodolfo Moya, exjugador del Cacique, quien lo responsabiliza por la crisis actual del equipo nacional, que quedó fuera del Mundial 2026 tras perder contra Bolivia en El Alto.
El origen de la controversia
Rodríguez, quien ha mantenido una relación cercana con Bravo durante aproximadamente 30 años, reveló que la discordia comenzó cuando el exportero chileno estaba desarrollando su carrera en Cataluña. En una entrevista con el portal En Cancha, Rodríguez explicó que Bravo le expresó su deseo de realizar algo especial en su complejo. “Cuando él todavía estaba en el Barcelona, me dijo que quería hacer algo especial en su complejo”, comentó Rodríguez.
El preparador de arqueros tomó esta inquietud y organizó una clínica para 80 arqueros, un evento sin precedentes en Chile. “Hicimos una clínica para 80 arqueros, algo que nunca se había hecho en Chile. Como Claudio tenía nombre, abrimos inscripciones para 80 y se anotaron 120. Así que al final hicimos dos clínicas, para 160 arqueros”, detalló.
La ruptura de la relación
Rodríguez continuó explicando que, tras realizar varias clínicas en el complejo de Bravo y en Iquique, se trasladó a Estados Unidos, momento en el cual la comunicación entre ambos se interrumpió. “Y ahí es cuando deja de llamarme. Si él hubiese querido hacer más conmigo, bastaba con levantar el teléfono, pero no lo hizo”, afirmó.
Las acusaciones de Julio Rodríguez
El preparador de arqueros hizo acusaciones serias al afirmar que Bravo continuó realizando clínicas utilizando el mismo método y organización, pero sin su participación. “Él (Bravo) siguió haciendo clínicas con el mismo método, la misma organización, pero ya sin mí. Y eso duele. Todo eso que hoy se hace, salió de mí. No es por ego, es un hecho”, expresó Rodríguez.
Además, Rodríguez subrayó que no recibió reconocimiento ni autorización para que Bravo continuara utilizando su trabajo. “Es mi idea, mis programas, mi experiencia en Europa. Yo lo adapté a Chile porque él me lo pidió. No me pidió autorización para seguir usando mi trabajo, ni me incluyó, ni me llamó. Y eso fue duro. Porque uno espera al menos un: ‘Oye, ¿puedo ocupar esto? ¿Quieres sumarte?’. Pero no pasó”, manifestó.
Posibles acciones legales
Rodríguez también mencionó que considera la posibilidad de demandar a Bravo, afirmando que ha discutido esta opción con sus abogados. Además, indicó que no ha tenido comunicación con el exguardameta, quien, según sus palabras, “no contesta, no quiere hablar conmigo y yo no entiendo por qué”.