En un partido de la Major League Baseball (MLB) celebrado en el LoanDepot Park, un incidente inusual tuvo lugar en las gradas, donde una aficionada de los Philadelphia Phillies, conocida por algunos como “Phillies Karen”, generó controversia al exigir de manera agresiva una pelota de home run que había caído en manos de un niño. Este episodio, que fue grabado y posteriormente difundido en redes sociales, provocó una ola de reacciones negativas hacia la aficionada, quien ha sido apodada también “Krazy Karen” y ha sido mencionada en el “Karen Hall of Fame”. El suceso ocurrió cuando el jardinero Harrison Bader conectó un cuadrangular que salió hacia el jardín central, donde un aficionado llamado Drew Feltwell corrió junto con otros asistentes para intentar conseguir la pelota.
Feltwell logró obtener la pelota y se la entregó a su hijo, Lincoln, quien estaba celebrando su cumpleaños. Sin embargo, el ambiente festivo se tornó tenso cuando la mujer, que se encontraba cerca y también animaba al equipo visitante, se acercó al padre e hijo para reclamar que la pelota le pertenecía. Según el padre, la mujer le gritó: “¡Eso era nuestro!”. A pesar de la presión, el hombre accedió a entregar la pelota a la mujer frente a su hijo. En un diálogo con NBC10, el padre relató: “Me gritó al oído: ‘¡Esa es mi pelota!’, súper fuerte. Me dio susto… solo quería que se fuera”. Las imágenes del incidente se viralizaron rápidamente, y cientos de usuarios en redes sociales calificaron la actitud de la aficionada como insensible y egoísta.
Uno de los testigos del evento exclamó: “¡Quitaste la pelota de la mano!”. Tras la entrega forzada de la pelota, la situación se convirtió en un ejemplo de indignación colectiva, con frases como: “¡Muy bien hecho! ¡Qué vergüenza esa fan arrogante y egoísta! Me alegra que hayan intervenido y manejado esto de esta clase” inundando las plataformas digitales. La organización del evento tardó en actuar, pero según un representante local, se acercaron posteriormente a la familia en las tribunas para entregarles un paquete de regalos. Dentro de la bolsa había artículos de béisbol y palabras de ánimo y reconocimiento. “Vi lo que pasó, estuvo bien”, expresó un miembro del club, cercano a la familia afectada.
En respuesta a la situación, el propio Harrison Bader, responsable del batazo que originó el incidente, invitó a la familia a encontrarse con él. Bader hizo un pequeño bate autografiado para el cumpleaños de Lincoln, un gesto que fue difundido en sus redes sociales: “Voy a casa Bader”. Mientras tanto, en el plano deportivo, los Philadelphia Phillies lograron imponerse en el partido con un resultado de 9-3, consolidando así una buena racha. El lanzador Cristopher Sánchez firmó siete entradas, permitiendo apenas una carrera, seis imparables y cinco ponches, lo que le valió su duodécima victoria del año. Este incidente se suma a una serie de episodios recientes relacionados con disputas por objetos de valor sentimental en eventos deportivos en Estados Unidos. Por ejemplo, durante el reciente US Open en Nueva York, un niño fue despojado de una gorra firmada por un tenista justo después de recibirla como obsequio.
