Organizaciones ambientalistas acusan que ASC prioriza intereses de la industria salmonera sobre la protección oceánica: Certificadora en tela de juicio por prácticas dañinas
Organizaciones ambientalistas de Noruega, Canadá, Chile, Escocia y Australia han condenado el nuevo Estándar de Granjas del Aquaculture Stewardship Council (ASC), acusándolo de avalar prácticas irresponsables en la salmonicultura que amenazan a peces silvestres y ecosistemas marinos. El estándar, recién publicado, mantiene criterios obsoletos o debilitados que benefician a la industria, según los grupos.
Piojos de mar
De acuerdo a la comunicación de las organizaciones, el estándar permite un uso elevado de químicos para tratar piojos de mar, con aumentos de hasta el 350% en algunas regiones desde 2019. Por ejemplo, granjas en Chile y Escocia pueden aplicar hasta 9 tratamientos con parasiticidas por ciclo, lo que incrementa riesgos de contaminación y resistencia.
Asimismo señalan que desde 2021, el ASC permite hasta 1.550% más piojos de mar en granjas certificadas. En Columbia Británica (Canadá), el límite es de 3 piojos adultos por salmón, frente a 0.1 previos. Esto agrava la amenaza para salmones silvestres, que mueren por infestaciones derivadas de los centros de cultivo.
Dependencia de peces silvestres como alimento para salmones
las organizaciones también señalan que el estándar no reduce la proporción de peces silvestres usados en alimento: se requieren 1.2 kg de harina y 2.52 kg de aceite de pescado para producir 1 kg de salmón.
“Estas cifras, sin cambios desde 2017, perpetúan la sobrepesca y desequilibrios en la cadena trófica marina”, argumentan.
Antibióticos y resistencia microbial
Las organizaciones en su comunicado, manifiestan que ASC sigue permitiendo 6 tratamientos con antibióticos por ciclo, igual que en 2012.
Expertos alertan que esto fomenta la resistencia antimicrobial, un riesgo para la salud humana y ambiental, especialmente en regiones como Chile, donde el uso excesivo ya es un problema documentado.
Áreas Protegidas
De acuerdo a la información difundida por las organizaciones, el estándar mantiene excepciones para granjas en áreas de alto valor ecológico, como el Parque Nacional Alberto de Agostini en la Patagonia chilena.
“Esta flexibilidad, vigente desde 2014, contradice los objetivos de conservación que el ASC dice promover”, indican.
Las organizaciones también agregan que, aunque incluye granjas intermedias (antes excluidas), el estándar debilita exigencias para hatcheries (criaderos) y no regula granjas de reproductores (broodstock). Además, su evaluación de calidad del agua solo mide oxígeno disuelto a 5 metros de profundidad, ignorando impactos en zonas críticas como el Macquarie Harbour (Australia), donde la falta de oxígeno amenaza a la raya Maugean, especie en peligro.
Greenwashing
Durante las consultas, los grupos ambientales exigieron que el ASC superara los mínimos legales, pero la entidad ignoró sus reclamos, según denunciaron.
Kelly Roebuck (Living Oceans, Canadá) señaló: «El ASC relaja sus estándares para acomodar a la industria. Algunos criterios son peores que los de 2012». Neville Crabbe (Atlantic Salmon Federation) añadió: «El ASC se inclina hacia la industria, no hacia la excelencia ambiental».
Llamado a consumidores y minoristas
Los conservacionistas urgen a no confiar en el sello ASC ni en certificaciones como BAP o GLOBALG.A.P., acusadas de greenwashing. Con el 32% de la producción global de salmón certificada por ASC (52% en Noruega, 25% en Chile), la presión para adoptar prácticas genuinamente sostenibles es más urgente que nunca.
Entre las organizaciones que se han pronunciado, están: Canadá (B.C.),, Living Oceans and SeaChoice; Canadá (Atlantic), Atlantic Salmon Federation; Noruega, Naturvernforbundet; Escocia, WildFish; Australia, Environment Tasmania ; y Chile, Defendamos Chiloé.
Mira la declaración completa en inglés: