El día que Guaidó salió de Venezuela a Cúcuta con ayuda de redes criminales
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El día que Guaidó salió de Venezuela a Cúcuta con ayuda de redes criminales


La acusación de Machado que omite el “Cucutazo”:

En el contexto de una campaña sostenida contra el gobierno de Nicolás Maduro, la líder opositora venezolana María Corina Machado lanzó una grave acusación internacional. Según versiones de prensa, Machado, quien permanecería en la clandestinidad dentro de Venezuela desde hace más de trece meses para eludir al régimen, afirmó que el mandatario venezolano ha enviado deliberadamente criminales a otras naciones con el objetivo expreso de generar inestabilidad.

La declaración fue realizada durante una entrevista con el medio chileno T13 En Vivo, hace algunos días. En su intervención, Machado realizó un alegato, distinguiendo entre la diáspora venezolana “de bien” y una “ínfima parte” de criminales. Su cita textual fue: “Siento tanto que nuestra gente haya tenido que salir así… Han salido millones de venezolanos de bien, profesionales, técnicos trabajadores, gente buena. Y hay una ínfima parte que son criminales que los ha mandado el propio Maduro, precisamente para desestabilizar otras naciones”.

Dirigiéndose específicamente al gobierno chileno, Machado hizo un llamado directo para que mantenga una postura enérgica contra el gobierno de Maduro, equiparándola a la que, según su perspectiva, Chile ha mostrado contra el crimen organizado, en particular el Tren de Aragua. “Le pediría al Gobierno chileno (sobre Maduro) lo mismo que han hecho con el Tren de Aragua y sus declaraciones públicas al respecto, que han sido firmes e inequívocas”, solicitó. Concluyó sentenciando: “Hay que desmontar esas estructuras criminales, pero jamás lo va a hacer Maduro porque él los fomenta, los patrocina, y si hay un país donde eso ha quedado claro, es en Chile”.

Sin embargo, esta narrativa omite eventos históricos que involucran a la oposición venezolana. La crítica subyacente a la figura de Machado reside en esta selectividad discursiva, que evade la responsabilidad de su propio sector. La instalación de bandas internacionales en países como Chile, según diversos informes oficiales y de observadores, se habría facilitado durante el gobierno de Sebastián Piñera, aprovechando una política migratoria desbordada.

Este fenómeno se vincula directamente con el evento conocido como el “Cucutazo”. En febrero de 2019, el entonces presidente chileno Sebastián Piñera se reunió de manera sorpresiva en Cúcuta, Colombia, con el expresidente colombiano Iván Duque y el opositor venezolano Juan Guaidó, quien en ese momento era reconocido como presidente interino por más de 50 países, para el concierto “Venezuela Aid Live”.

Reportes del portal especializado InSight Crime y del colombiano El Espectador revelaron posteriormente que Guaidó cruzó la frontera hacia Colombia para dicho evento con ayuda de grupos criminales. En septiembre de 2019, se divulgaron fotografías donde Guaidó aparece junto a Albeiro Lobo Quintero, alias “Brother”, y Jhon Jairo Durán Contreras, alias “El Menor”, entonces líderes de la banda narcotraficante Los Rastrojos, una derivación de las paramilitares AUC.

Ver video: El Espectador (Colombia)

Wilfredo Cañizares, presidente de la Fundación Progresar, organización que documenta la acción de grupos irregulares en la zona, fue quien difundió las imágenes y aseguró: “Los Rastrojos estaban manejando un corredor para el traslado de Juan Guaidó… Tenemos los testimonios, armaron un operativo donde obligaron a la comunidad por donde pasó Guaidó”. Este episodio demostraría la compleja y pragmática relación entre actores políticos y crimen organizado en la región, trascendiendo bandos ideológicos.

Ver / “Los Rastrojos”, ha logrado mantener alianzas con otros actores criminales como el Tren de Aragua

La investigación de InSight Crime añade una capa más de complejidad, al documentar que “Los Rastrojos” mantenían alianzas operativas con otras bandas como el Tren de Aragua, grupo que la propia Machado citó en su llamado a Chile.

Esta conexión directa entre el evento que catapultó internacionalmente a la oposición venezolana y la infraestructura del crimen organizado plantea un contrapunto crítico a las acusaciones unilaterales, sugiriendo que la instrumentalización del crimen es un juego de dos bandas en el conflicto venezolano.