El cómic chileno vive un momento de inflexión marcado por la irrupción del manga como estilo dominante, tanto en la producción como en el consumo cultural.
Esta es una de las principales conclusiones del primer Mapeo de Caracterización de Agentes Culturales del Sistema del Cómic en Chile, un estudio inédito realizado por la Cooperativa Gráfica Chilena junto a la organización colombiana Entreviñetas, en el marco del proyecto binacional «Horizonte entre Manos», con el apoyo de Fundación SURA y el Ministerio de las Culturas.
El inédito estudio será dado a conocer en un coloquio abierto al público el jueves 2 de octubre en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
Lenguaje cultural abierto y transversal
El informe, que recopiló 370 respuestas de agentes del sector entre mayo y julio de este año, revela que un 33% de los creadores y creadoras trabajan en estilo manga, cifra que supera a otros géneros como cultura pop (31%), temáticas urbanas y políticas (21%), memoria y dictadura (17%) o pueblos originarios (16%).
“El manga ha cambiado las reglas del juego”, afirma Maria Eliana Aguayo, Directora del Proyecto por parte de la Cooperativa Gráfica Chilena.
“No solo influye en la estética y las narrativas, sino que también ha legitimado socialmente al cómic como un espacio donde hoy participan niñas, adolescentes, mujeres jóvenes y familias completas. Antes se lo veía como un pasatiempo masculino o infantil; ahora es un lenguaje cultural abierto y transversal”, resaltó Aguayo.
Pero, más allá de la cifra, cabe destacar que el manga ha actuado como puerta de entrada para una nueva generación de mujeres autoras y lectoras: Mientras que el 43% de las creadoras se inclinan por este estilo frente al 28% de los hombres, el estudio también muestra que el público femenino -antes marginal en este ámbito- se ha convertido en un actor central, legitimando socialmente al cómic como un espacio intergeneracional y diverso.
Así, lo que antaño era percibido como lectura de nicho, infantil o masculina, hoy se entiende como un lenguaje cultural abierto y transversal.
En ese sentido, algunas de las exponentes actuales del manga en Chile son Daniela Thiers, Pía Prado Rey, Emina Himesama y Paulina Palacios, por ejemplo. Esta última es autora de mangas como «Maestro Gato» y «Mientras Yubooh duerme», que han sido editados tanto en Chile como en España por Planeta Cómic y que el año pasado sumaron más de 100 mil ejemplares vendidos solo en nuestro país.
Principales datos del Mapeo
Los principales hallazgos del mapeo tienen que ver con los siguientes puntos:
1. Un sector marcado por la autogestión: El 85% de los encuestados trabaja de manera independiente, asumiendo múltiples roles: guionistas que también son dibujantes, diseñadores que además son editores y divulgadores. La autogestión es la norma y no la excepción. El 92% de los proyectos se financia principalmente con recursos propios, lo que refleja la ausencia de un ecosistema sólido de apoyo institucional. Solo un 18% de las iniciativas logra ser autosostenible, mientras que un 40% invierte tiempo y dinero sin retorno económico.
2. Diversidad territorial y descentralización emergente: El 58% de las respuestas provino de regiones fuera de la Metropolitana. Este dato confirma que la producción de cómic no se concentra únicamente en Santiago y que existe una energía creativa descentralizada que demanda redistribución equitativa de recursos y programas.
3. Innovación en formatos y circulación: Los agentes del cómic experimentan con una amplia gama de formatos: cómics cortos (51%), fanzines y novelas gráficas (42%), libros impresos (34%) y, con creciente protagonismo, webtoons (26%) y risografía (5%). Esta versatilidad refleja tanto la precariedad como la creatividad de un sector que busca sostenerse a través de la diversificación.
En cuanto a circulación, las ferias y eventos son el principal canal de comercialización (53%), seguidos por redes sociales (33%) y páginas web (15%). Las librerías y tiendas especializadas representan porcentajes bajos (entre 7% y 14%), lo que confirma que los creadores dependen de circuitos alternativos y de contacto directo con el público.
4. Temáticas críticas y contraculturales: Además del manga, destacan temáticas vinculadas a la memoria histórica, la política, lo marginal y los pueblos originarios. Estas narrativas consolidan al cómic chileno como un medio contracultural, educativo y de resistencia, que trasciende el entretenimiento y dialoga con debates sociales de gran relevancia.
5. Bienestar y precariedad estructural: El estudio advierte que un tercio de los agentes ha experimentado dificultades físicas o emocionales vinculadas a su labor. El proceso creativo se desarrolla entre la pasión y el desgaste, con frecuentes problemas de salud derivados de la sobrecarga y la falta de condiciones laborales estables. Las mujeres, en particular, reportan mayores afectaciones, aunque también son quienes practican más actividades de autocuidado.
6. Redes informales y baja internacionalización: El trabajo en soledad es predominante (70% en la producción y 80% en la creación), sostenido por redes informales de amistad o afinidad. La falta de intermediarios y la débil articulación interregional e internacional impiden consolidar un ecosistema robusto. Solo un 12% de los encuestados ha tenido vínculo con editoriales extranjeras y apenas un 5% con agentes de derechos, lo que muestra una necesidad urgente de profesionalización y gestión internacional.
El manga, más que un estilo, ha funcionado como catalizador de cambios profundos en el cómic chileno: ha atraído nuevas generaciones de lectoras, ha impulsado la participación de mujeres creadoras y ha ampliado los horizontes del sector. Sin embargo, esta vitalidad convive con fragilidades estructurales persistentes: falta de financiamiento, precariedad laboral, centralización y ausencia de políticas públicas específicas.
El Mapeo del Cómic en Chile confirma que este no es solo un sector creativo: es una comunidad cultural alternativa, fértil y diversa, que requiere apoyo decidido para transformarse en un espacio sostenible y reconocido dentro de las artes y la cultura del país.
El Ciudadano