Una vez más, el sistema judicial de Estados Unidos exhibe su hipocresía. Esta vez, arrestando a Ramón Morales Reyes, un mexicano de 54 años, por supuestamente amenazar al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en redes sociales.
El «delito» habría sido un comentario publicado en Truth Social, donde Villarreal expresó que dispararía contra Trump si seguía en la presidencia. Las autoridades actuaron de inmediato, enviando al Servicio Secreto y procediendo con su detención. No hubo matices, ni derecho al contexto: para el aparato represivo estadounidense, criticar al presidente es suficiente para ser tratado como criminal.
Mientras tanto, Trump sigue promoviendo discursos de odio, amenazas contra migrantes y llamados a redadas masivas, sin que eso le represente una sola consecuencia legal. ¿Dónde está el equilibrio? ¿Dónde la justicia?
Villarreal también escribió que el FBI “no hace nada para proteger al pueblo de Estados Unidos”, sugiriendo que el propio sistema legal ha fallado. Lejos de interpretar sus palabras como una denuncia desesperada, el gobierno estadounidense prefirió criminalizar al denunciante.
Este caso vuelve a dejar claro que en EE.UU., la libertad de expresión es privilegio de los poderosos. Si eres migrante, latino y crítico del poder, la represión te espera.